jueves, 8 de marzo de 2012

Especies invasoras amenazan la Antártida


Sectores de la Antártida están siendo invadidos por plantas foráneas que llegan, como semillas, en la ropa y zapatos de científicos e investigadores, afirma un nuevo estudio.
Y también es probable que las plantas foráneas estén conquistando terreno más rápidamente debido al calentamiento global, sostiene la investigación.
"Hasta ahora muchos habían expresado escepticismo (sobre la gravedad del problema), asegurando que era poco probable que las semillas crecieran en un territorio cubierto por hielo", le dijo a la BBC uno de los autores del estudio, Steven Chown, de la Universidad Stellenbosch en Sudáfrica,
"Pero olvidan que menos del 1% del territorio antártico, lo que constituye de todas formas un área significativa, no está cubierto por hielo", agregó.
La temperatura en la Península Antártica aumentó cerca de tres grados centígrados en poco más de medio siglo, un incremento mucho mayor que el promedio global para el planeta.
Y debido al calentamiento global se espera que el área sin cobertura de hielo se extienda en el futuro.
De hecho, muchas islas cercanas a la Antártida ya están sufriendo cambios ecológicos debido a especies invasoras.
Y Chown y sus colegas creen que impactos similares podrían verse en las próximas décadas en la Península.
"La Antártida tiene una ecología microbiana ya establecida y hay dos especies de plantas nativas en la Península", dijo Chown a la BBC.
"Esa ecología cambiará con la llegada de otras especies”.
La ecología marina también se está modificando en la región, con el avance de grandes cangrejos a zonas donde el agua había sido hasta ahora demasiado fría para esta especie.

Botas sucias

Durante el Año Polar Internacional 2007-8 los investigadores tomaron muestras de la ropa de científicos y turistas que llegaron hasta la Antártida.
En promedio, cada visitante llevaba 9,5 semillas y los científicos transportaban una carga mucho mayor que los turistas.
"Descubrimos que las botas y las mochilas o bolsos eran los sitios con mayor cantidad de material foráneo", explicó Kevin Hughes del Instituto Antártico Británico, British Antarctic Survey o BAS.
"La lengua de la bota es un lugar ideal para que las semillas queden atrapadas cuando uno se ata los cordones. Pero también encontramos semillas en diferentes tipos de prendas de vestir".
Los científicos estiman que cerca de 70.000 semillas llegan a la Antártida cada año. Los turistas tienden además a visitar los lugares del continente donde la temperatura es relativamente mayor, es decir, los sitios donde las semillas tienen más probabilidad de sobrevivir.
Los investigadores determinaron que si bien muchas de las semillas eran de Sudamérica, otras provenían del Hemisferio Norte y cerca de la mitad eran oriundas de climas fríos, lo que hace aún más probable su supervivencia en territorio antártico.
Los científicos estudiaron también especies que ya se han establecido en regiones cercanas a la Antártida, por ejemplo en la Isla Decepción, en el archipiélago de las Shetland del Sur, unos 100 kms al noroeste de la Península Antártica.
La isla ya ha sido colonizada por dos especies de pastos y dos de colémbolos – artrópodos diminutos que viven en la capa superior del suelo y en la vegetación en descomposición.
En la parte occidental de la propia Península Antártica, la especie de pasto Poa annua ya logró establecerse cerca de cuatro estaciones científicas. Se cree que es probable que las semillas hayan sido traídas accidentalmente por los propios investigadores.

Futuro imperfecto

Los científicos creen que deben tomarse medidas cuanto antes para contener la llegada de especies invasoras.
Hughes ya ha logrado "erradicar" una planta sudamericana de la familia de las asteráceas en la Isla Decepción, donde los turistas suelen detenerse para visitar una antigua estación ballenera. El investigador simplemente arrancó el único ejemplar que encontró.
Pero los expertos temen que en el caso de otras especies puede ser demasiado tarde.
La Asociación Internacional de Operadores Turísticos Antárticos (IAATO), que incluye a la gran mayoría de las copmpañías que operan en la región, ya introdujo medidas para intentar asegurar que los visitantes no transporten semillas. Las instituciones científicas están poniendo en práctica controles similares.
"Podemos asegurarnos de que las cargas, la ropa y los zapatos no contengan semillas o invertebrados", dijo Hughes a la BBC.
"Sin embargo, aún con nuestros mejores esfuerzos sólo lograremos reducir la cantidad de especies invasoras. Nunca podremos prevenir su llegada por completo".










Advertencia

El Tratado Antártico no incluye una obligación legal de retirar especies invasoras introducidas accidentalmente, pero los científicos creen que sí existe una obligación moral.
Otro factor que hace aún más difícil evitar la llegada de organismos foráneos es que algunas semillas son transportadas desde Sudamérica por el viento.
Las vecinas Islas Marion son un ejemplo de lo 
que podría suceder. Ya fueron colonizadas por
 el pasto Agrostis stolonifera
Para el profesor Chown, aún en este caso hay algo que las personas pueden hacer, ya que las plantas sólo lograrán establecerse bajo condiciones climáticas creadas en gran medida debido a la emisión de gases de invernadero por la actividad humana.
Si se toman medidas urgentes, algunos sitios en la Antártida se verán en cien años como, por ejemplo, las islas Georgias del Sur, donde plantas y animales invasores, especialmente ratas, han cambiado dramáticamente la ecología local.
"Las Islas Georgias del Sur son una gran advertencia sobre lo que puede ocurrir en la Antártida en unos cientos de años", dijo Hughes a la BBC.
"Mi sospecha es que si no se toman medidas de bioseguridad, acabaremos con un medio ambiente poblado por malezas, ratas y Poa annua".
El estudio de Chown y sus colegas fue publicado en la revista de la Academia de Ciencias de Estados Unidos, Proceedings of the National Academy of Sciences, PNAS.

 
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