miércoles, 22 de febrero de 2012

Nueva teoría: la vida surgió en la tierra, no en el agua


Según los científicos, es posible que la vida celular no surgiera en los océanos, sino en concentraciones de fango caliente alimentadas por corrientes volcánicas.

La idea, que se basa en una reciente investigación geológica y celular, guarda similitudes con la teoría de Charles Darwin de que la vida pudo haber surgido a partir de un pequeña y cálida «laguna» rica en nutrientes.

A pesar de este apunte inicial de Darwin, las teorías que defienden que la vida surgió del mar han sido muy populares en los últimos años debido a que continuamente se descubren oasis de vida en el lecho marino.

En esos ecosistemas, los microbios ingieren sustancias nocivas procedentes de corrientes volcánicas, algo que, según los expertos, podría parecerse al surgimiento de las primeras células.

Sin embargo, el nuevo estudio afirma que el fluido que las células conservan en sus membranas es muy diferente del agua de los antiguos océanos, pero muy similar a los vapores condensados que se encuentran en algunos lodazales.

En este tipo de ambientes las cantidades de potasio de las células son elevadas, mientras que los ambientes marinos son más ricos en sodio.

«Las células necesitan mucho potasio para sintetizar proteínas, tarea que se ve dificultada por la presencia de sodio», afirma el coautor del estudio Armen Mulkidjanian, biofísico de la Universidad de Osnabrück (Alemania).

«Sin proteínas no puede haber vida, por lo que los niveles de potasio deben ser elevados».


Un nuevo escenario

En la actualidad, las células cuentan con proteínas complejas para expulsar el exceso de sodio de sus membranas y así funcionar correctamente. Las primeras células, sin embargo, no disponían de estos mecanismos.

De este modo, se encontraban a merced de su ambiente, por lo que la cantidad de potasio debía ser, necesariamente, superior a la de sodio.

Sin embargo, en los océanos se da la situación contraria.

Teniendo en cuenta lo anterior, Mulkidjanian y sus compañeros consiguieron la ayuda de geólogos para tratar de descubrir dónde pudo originarse la vida hace unos cuatro mil millones de años.

Así, el equipo descubrió que los puntos de vapor geotérmico condensado podrían ser los candidatos perfectos, como por ejemplo algunas áreas de Parque Nacional de Yellowstone (Estados Unidos).

«Ahí surge y se condensa el vapor de la tierra, aportando muchos minerales, incluido el potasio», afirma Mulkidjanian. «Parece el ambiente perfecto para el nacimiento de las primeras células».

Durante mucho tiempo los científicos no han tenido en cuenta estos «lagos» de lodo, puesto que los que encontramos en la actualidad nadan en ácido sulfúrico, una sustancia mortal que se forma cuando se encuentran en la atmósfera ácido sulfhídrico y oxígeno.

«Estas condiciones podrían ser motivo de preocupación, pero no olvidemos que la Tierra tenía muy poco oxígeno en la atmósfera», añade Mulkidjanian. «Los ambientes con falta de oxígeno se mantuvieron estables durante millones de años y probablemente favorecieron el nacimiento de las primeras células de la Tierra».

El nuevo estudio sobre el origen de la vida ha sido publicado online en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences.  

 
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